Este año estoy incorporando nuevos hábitos, y este es uno de ellos: llevar un diario de gratitud. Muchas veces antes había escuchado acerca de esta herramienta, sin embargo no había captado su gran valor. Me consideraba una persona agradecida pero no entendía la importancia de llevarlo al papel. Cuando finalmente lo puse en práctica comprendí que la finalidad iba más allá de agradecer. Tenía más que ver con no dar nada por sentado y ser conscientes de la abundancia que hay en nuestra vida.
Es una práctica que consiste en escribir regularmente algo por lo que estás agradecida/o. Suena simple… ¡y lo es!
Es una herramienta sencilla que nos acerca a una vida más plena y consciente porque posibilita que reconozcamos todo lo positivo que sucede en nuestra vida y que normalmente no nos damos cuenta o lo damos por hecho.
¡Una práctica simple a cambio de grandes beneficios! : )
Conecta con la abundancia
Al agradecer cada día lo que tienes (material o inmaterial) y lo que eres, empiezas a valorar y reconocer todo aquello que das por sentado. Así conectas con la riqueza en tu vida en lugar de con la escasez.
Ayuda a tolerar la frustración
Porque hace que reconozcas lo que sí está bien en tu vida. Lo que sí hiciste o haces bien. Lo que sí has logrado o lo que sí tienes, en lugar de enfocarte en los desaciertos o en carencias.
Fortalece la autoestima
Te sientes en paz y satisfecha/o con lo que has hecho o a dónde has llegado. Esto hace que se reduzca la necesidad de compararte con los demás porque le das atención a lo que valoras en tu vida.
Disminuye el estrés y la ansiedad
Al ser más consiente de tu abundancia generas más confianza, y una actitud más abierta y equilibrada. Haces foco con lo que te importa. Ves las situaciones con más perspectiva. Te conecta con el presente. Te trae paz.
Elige un cuaderno o libreta de tu agrado para usar únicamente con este fin.
Escribe en la primera hoja algo como “Mi diario de agradecimiento”.
A continuación o en la siguiente hoja escribe algo por lo que quieras agradecer. Una cosa por vez.
¡Es simple, solo lleva 1 minuto!
Te dejo estas recomendaciones útiles antes de que empieces : )
Es importante que no se convierta en una carga más para tus días ni en un “tengo que”. Es un momento contigo misma/o, para disfrutar y que se sienta agradable hacerlo. Si pasas días sin escribir no es grave.
No necesitas ningún formato complicado. Una frase debajo de otra, a modo de lista está bien.
Puedes escribir una única palabra, una frase o todo un párrafo. Personalmente prefiero una frase, porque es más específica y por lo tanto tiene más efecto. Por ejemplo, si escribes “salud” está bien pero es muy amplio, en cambio si escribes “Estoy agradecida de que mi corazón está sano y fuerte.”, es más concreto. En el otro extremo: un párrafo se extiende mucho y el mensaje no es tan claro.
Escribir la fecha del día es opcional. Si es relevante para ti, hazlo. Puede ser útil en caso de que lo leas dentro de unos meses o años.
Frecuencia y cantidad. Es tu decisión: puedes escribir todos los días una cosa por la que agradecer o solo 1 vez por semana, uno o varios agradecimientos. En este caso elige un día y momento específico, por ejemplo todos los sábados de mañana. Es más relevante la constancia que la cantidad.
Momento del día. Hay 2 momentos clave que funcionan muy bien: al levantarte y al acostarte. Elije uno y prueba por un tiempo. Elije el momento que sea más fácil de convertir en hábito y que funcione para ti. Si tus mañanas tienen muchas tareas o sabes que será muy difícil tener un minuto a solas, escribe de noche, o viceversa.
No esperes a principio de mes, o de año o al lunes. Empieza en cuanto puedas.
Si un día no sabes qué agradecer o simplemente no tienes ganas, lee lo que ya has escrito. También es un hermoso ejercicio.
Antes de ponerte a escribir, puede ayudarte cerrar los ojos un momento y hacer un par de respiraciones profundas para relajarte y conectar contigo.
Siéntete con la libertad de agradecer pequeñas y grandes cosas: agradece la libreta donde escribes, la casa donde vives o las personas que te rodean.
Si te interesa que sea parte de tu vida y quieres convertirlo en hábito, asócialo con otro que ya hagas. Por ejemplo: escribe una frase de agradecimiento mientras desayunas o cuando vas a dormir. Deja el cuaderno en un lugar fácil de encontrar.
Recuerda: nada es obvio. No des nada por sentado ¡Agradece que sabes escribir!
Ideas – Ejemplos
Si no sabes por dónde empezar a agradecer o algún día estás bloqueada/o, recurre a esta lista:
Agradece acciones o decisiones propias
– algo que hiciste: “Haber participado del taller sobre gestión del tiempo.”
– algo que estás haciendo: “Este momento que me regalo hoy para agradecer.”
Agradece situaciones externas
– de un pasado lejano“Las vacaciones en el campo en mi infancia.”
– muy recientes“Ese mensaje que recibí hoy.”
Agradece experiencias, simples o grandes
– “Andar en bicicleta por la costa.”
– “Haber viajado y conocido tantos países.”
Agradece tus logros
“Estar levantándome temprano cada mañana con energía.”
Agradece tus hábitos sanos
– “Hacer ejercicio 3 veces por semana.”
Agradece posesiones
– “Tener un escritorio amplio para trabajar cómoda.”
Agradece lo intangible
“La belleza del atardecer de ayer.”
Agradece tus comodidades o posibilidades
– “Poder ducharme con agua caliente en cualquier momento del día.”
– “Mirar por mi ventana y ver árboles y plantas.”
Agradece cómo eres o de lo que eres capaz
– “Mis ganas de aprender de todo.”
– “Mi gran capacidad de concentración.”
Importante: No siempre tiene que ser algo puramente positivo. Puedes agradecer algo doloroso que hoy sabes que te hizo crecer o convertirte en alguien más amoroso y comprensivo, por ejemplo.
Empecé hace unos cinco meses con esta práctica. Escribo casi todos los días, antes de dormir. Las frases que puse de ejemplo son de mi propio diario. Me trae al presente. Me conecta con mi abundancia. Lo recomiendo muchísimo.
¿Ya conocías esta herramienta? ¿La aplicarías a tu vida?
Mi agradecimiento de hoy:“Haber compartido con mis lectores la práctica de agradecer.”